16 de enero de 2008

Mellizas

Hacía rato que no visitaba a María Eugenia y a sus mellizas, justamente por sus mellizas, odiosas criaturas que con tal de llamar la atención en una reunión de amigos son capaces de cortarse la yugular mutuamente.

Pero una, a pesar de ser mala, es amiga y cumple ante el pedido casi desesperado de María Eugenia que no sabe cómo escapar de semejante realidad - ser madre de tales ejemplares.

Las mellizas son Itchy y Scratchy y son insoportables:

Tienen 4 años, el pelo enrulado y enredado porque no aceptan que se las peine.

Tienen lagañas en los ojos porque no les gusta que le laven la cara.

Tienen ojeras porque sólo comen postrecitos y golosinas.

(Odio cuando lloran a los gritos, abriendo la boca y mostrando la lengua llena de palitos salados masticados).

Si vas a visitar a María Eugenia tené cuidado y no te distraigas mientras hablás: Si sentís algo debajo de la mesa, no es el perro (a quien las niñas una vez mordieron): son ellas, listas para rasguñarte las piernas.

Yo fui a visitar a María Eugenia y tuve la idiota idea de llevarles un regalo a los monstruos. Para evitar más peleas y celos entre ellas (al menos mientras yo me encontrara allí), decidí comprarles lo mismo: un perfume Mujercitas para cada una.

Milagrosamente la casa estaba en silencio: María Eugenia estaba feliz de que sus hijas estuvieran durmiendo la siesta, primera vez en dos años y medio.

Después de unos mates, sentimos un movimiento y era una de ellas: no sé si Itchy o Scratchy, lo mismo da.

María Eugenia, madre paciente, le cuenta que tiene un regalo, la ayuda a abrirlo (cero expresión en la cara de la infante) y mira el perfume.

María Eugenia, madre tarada, acota: “Viste qué lindo perfume? Ariana le trajo uno igual a Itchy/Scratchy pero el tuyo es el más lindo, sabés?”

María Eugenia, sabés qué? Te merecés las hijas que tenés. Estoy llegando a la conclusión de que en vez de víctima sos victimaria. Jodete.

11 comentarios:

Unknown dijo...

es que es así.
las crio a su imagen y semejanza.
que se joda pues.

Ra dijo...

de tal palo, tal astilla...

morgana dijo...

Ud. está lista para ser madre.
Y sobre todo de los ajenos... porque a las madres no sé qué nos pasa, se deben fugar un par de neuronas con tanto pujar en el parto o qué se yo. Porque admito, que en un punto lejano o cercano nos idiotizamos, decimos cosas que son lo opuesto a nuestros pensamientos más profundos armados durante toda nuestra vida.
De todos modos, a mí tanta idiotez no me dió. Dígale a su amiga que haga terapia, de onda.
Y si no tiene con quién dejar a las chuchis, sea amiga y ofrézcase a cuidarlas... la madre sustituta correctiva le sale perfecto y es exactamente eso lo que las niñas piden a gritos.
Besos cordiales.

Ariana Aaron dijo...

Morgana,

sos una genia, me encantó tu comentario! Buen uso del sarcasmo y del sentido del humor! Me hiciste reír un montón!

MM dijo...

Tendrías que haber dejado la llave del gas abierto antes de irte. De onda.

F.G. Pole Dance dijo...

Que espantor. Despues una se pregunta de donde sale tanta mina pelotuda e insatisfecha. Mire como las crian!!

El Señor F. dijo...

No entendés, Ariana?
Esas nenas son genias incomprendidas, que necesitan un ambiente libre y creativo para expresar su genialidad.. María Eugenia debería escribir un manual de autoayuda para madres!

LocaComoTuMadre dijo...

María Eugenia está criando dos monstruos aterradores que el día de mañana tirarán a la madre en un hogar de ancianos y no la visitarán nunca.

Patética.

Saludos.

Donato dijo...

actualice, actualice, actualice!

Alejandro en Buenos Aires dijo...

Susurrando un mantra en voz baja tipo " Herodes se quedo corto" mostrale a las nenas el poder de contusión de un mate revoleado a Mª Eugenia!!!!!

Ariana Aaron dijo...

Willowcita y Ra,

coincido con vosotros.

Mr Groncho,

De onda? OK.

Ardillor,

Exactamente! Aquí tiene usted la génesis de la juventud insatisfecha, mire usted.

El Señor F.,

Aaaaaah, era eso!

Locacomotumadre,

sabe que eso no lo había pensado. Puede ser, eh...

Donato,

ya va, ya va!

Alejandro en Buenos Aires,

ay, todavía que María Eugenia no tiene dolores de cabeza!